Directores Hablan ESR 2012

Eduardo Ortiz Tirado

“Cuando en S.C. Johnson decidimos apoyar una causa social tomamos en cuenta ciertos factores; es decir, el movimiento tiene que ser congruente con nuestro core business”, explica Eduardo Ortiz Tirado, Director General. El motivo: sólo así se forjan lazos de lealtad entre los grupos a los que la organización busca impactar positivamente sin descuidar la generación de utilidades.

Director General de S.C. Johnson

El poder de los grupos de interés

La Responsabilidad Social descansa en la premisa “Actuar por el bien común más allá de todo interés”. De ahí la importancia de escuchar y generar lazos de empatía con los grupos de interés.

“Cuando en S.C. Johnson decidimos apoyar una causa social tomamos en cuenta ciertos factores; es decir, el movimiento tiene que ser congruente con nuestro core business”, explica Eduardo Ortiz Tirado, Director General. El motivo: sólo así se forjan lazos de lealtad entre los grupos a los que la organización busca impactar positivamente sin descuidar la generación de utilidades.

La empresa familiar, fundada en 1886 y con cinco generaciones en su haber, es una de las impulsoras más grandes a nivel internacional de la Responsabilidad Social. De hecho, su labor comenzó al interior de la organización: “En 1900 fuimos los primeros en Estados Unidos en otorgar vacaciones a nuestros empleados con goce de sueldo. Nunca antes se había visto eso”, recuerda Ortiz.

Pero, ¿qué hizo de S.C. Johnson un emporio mundial? Su profundo compromiso con grupos de interés clave para el desarrollo del negocio: trabajadores, inversionistas y consumidores (mujeres en su mayoría e individuos vinculados con la protección y cuidado de los ecosistemas).

El valor de los colaboradores

“Cuando ejerces la Responsabilidad Social desde el punto de vista de los empleados, automáticamente generas para la organización la oportunidad de reclutar talento que, sin duda alguna, se desarrollará en un ambiente agradable y que, además, contribuirá a su crecimiento profesional”, señala Ortiz Tirado. Esto se traduce, en el largo plazo, en colaboradores 100% comprometidos con los objetivos del negocio.

En la medida en que los responsables de dirigir una unidad, pública o privada, asuman un compromiso de desarrollo profesional y personal con sus trabajadores tendrán a los mejores aliados. Asimismo, la cultura de un actuar a favor del bien común más allá de todo interés permea al núcleo familiar y, por tanto, a la sociedad en general.

En el caso de S.C. Johnson, esta estrategia inició hace 112 años, con el programa de vacaciones pagadas. Luego, hacia 1917, se convirtió en la empresa pionera en brindar reparto de utilidades y seguro de vida. “En 1926 implementamos las semanas de trabajo de 40 horas y ocho años después desarrollamos un plan de pensiones”, cuenta el Director General.

Las iniciativas de impacto positivo hacia los colaboradores continuaron. En 1939 se instauró el plan de hospitalización y para 1979 se inauguró el Club Johnson –espacios recreativos para los empleados–. “En 1985 fundamos nuestra primera guardería en la que ofrecemos educación y formación. Y es que, al ser una empresa familiar, nuestra meta es incluir a las familias de los trabajadores en esta labor de crecimiento y formación”.

Superar el marco legal

A propósito de la licencia moral –ese permiso que otorga la sociedad gracias al buen comportamiento, transparencia y buen manejo de los recursos–, S.C. Johnson optó por librarse de aquellas prácticas relacionadas con la corrupción. Más allá de la satisfacción personal, se trata nuevamente de una estrategia a favor de la organización: “Si cumples con el marco legal evitas multas, sanciones o repercusiones legales”, sentencia el directivo.

Incluso, la trasnacional demostró que ir más allá de las leyes trae importantes recompensas. Ortiz Tirado recuerda que en 1975 la compañía tomó la decisión de eliminar de sus líneas de aerosoles los clorofluorocarbonatos; lo extraordinario es que tres años después esta práctica se convirtió en una solicitud internacional por parte del Protocolo de Montreal.

En México ocurrió algo parecido. En 1993 la ley determinó que los PDCB (paradiclorobencenos) podrían causar cáncer. Esto trajo consigo un fuerte golpe para S.C. Johnson pues los productos con esta sustancia representaban 7% de sus ventas. “A pesar de ello eliminamos esa línea de negocio sólo por la razón de que causaba un mal a nuestra comunidad. Y aunque no hay una prohibición legal como tal, asumimos el papel de ‘haz lo correcto’”, afirma.

Mujeres, pieza clave para la organizació

Detectar y escuchar a los grupos de interés es vital para el éxito de una unidad, ya sea pública o privada, que desee fortalecerse a través del tiempo. Por eso, S.C. Johnson eligió a las mujeres como su principal grupo de interés. “Es el ama de casa la que nos compra porque sabe que en nuestras marcas encuentra calidad y seguridad para su familia”, destaca el directivo.

Uno de los programas que más retribuciones ha significado para la empresa es “Tú puedes ayudar”. A través de este la organización destina recursos en apoyo a una casa hogar. Además, participa activamente en la formación de mujeres de bien, productivas y libres para mejorar su calidad de vida y la de los suyos.

Con donaciones superiores a los USD$200 millones, S.C. Johnson se convirtió en un ejemplo viviente del valor que los grupos de interés son capaces de brindar a las organizaciones. En la medida en que los sectores logren detectar a aquellas unidades sociales clave para su desarrollo, escuche sus necesidades y seleccione qué causas apoyar, será posible hablar de un estado socialmente responsable.

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ESR México ofrece a sus lectores información acerca de como las empresas de México implementan la Responsabilidad Social en su actuar diario.

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