De acuerdo con el sitio expocnews.com, se publicó en la revista Nature Climate Change una nueva investigación del Instituto Carnegie que versa sobre la cantidad de energía que podría ser producida a partir del viento y de los efectos que podría tener en el clima el uso de los vientos de gran altitud.
Se concluyó esta investigación usando modelos para calcular los vientos superficiales (aquellos que se pueden utilizar con turbinas soportadas por torres, ya sea en la superficie terrestre o marítima) y los de gran altitud. El estudio fue liderado por Kate Marvel del Lawrence Livermore National Laboratory.
La energía eólica se obtiene mediante las turbinas que oponen cierta resistencia al paso de los vientos y disminuyen su velocidad. Conforme el número de turbinas aumenta también lo hace la energía que se obtiene pero, en cierto punto, los vientos disminuirán su velocidad al punto de que más turbinas no darán más energía. El estudio se centró en encontrar cuál sería el punto de máxima extracción de energía.
Se estima que se podrían generar mediante vientos superficiales 400 terawatts y la de gran altitud, 1,800 terawatts. Actualmente la civilización emplea únicamente unos 18 terawatts aproximadamente. La energía eólica no representa un daño para la Tierra y podría satisfacer la demanda humana.