Uno de los primeros paneles del III Encuentro de Empresas Socialmente Responsables abordó el tema de la ISO 26000.
En un momento en que el desarrollo sostenible del planeta está en duda, la Responsabilidad Social Empresarial es un tema presente en todos los ámbitos públicos y privados.
“Pareciera que todos desean identificar la parte de responsabilidad que les corresponde y cómo implementar acciones”, comentó Arturo Ortega, Director de Concepto Total y moderador del panel, al inicio del debate sobre el contenido de la ISO 26000 y su alcance.
Aunque no existe un proceso de certificación como tal en materia de RSE, durante casi una década se ha estado trabajando en la norma ISO 26000, cuya versión final será presentada este año como una guía para definir el concepto de la RSE a nivel global con el fin de explicar cómo aplicarla en una organización.
Norma Olmedo, del Instituto Mexicano de Normalización y Certificación, comentó que en la construcción de una norma ISO todas las personas tienen voz y voto, así como derecho a ser escuchadas, por medio de esquemas de representación. En el caso de la norma ISO 26000, aseguró que desde que iniciaron las pláticas en 2002 todos los grupos de interés han tenido la oportunidad de participar en el proceso de discusión y redacción, dando sus puntos de vista.
“La meta siempre ha sido ponernos de acuerdo y establecer los criterios que conformarán esta norma. Es un gran reto si tomamos en cuenta la diversidad de países, costumbres y tradiciones que hay en el mundo. Se trabaja en el proyecto tanto a nivel nacional, por medio de comités espejo que reflejan la estructura global del comité, como a nivel internacional, que es donde se llevan a cabo las decisiones de consenso”, agregó durante su intervención.
No obstante, a decir de Karla Guerrero, quien habló en calidad de Directora General de Ética y Estrategia, la forma la estructura para la redacción del borrador final probablemente sea el gran mérito de la ISO 26000, ya que no esta contemplada como norma de certificación. Agregó que durante estos años no se ha dado la comunicación hacia los diferentes públicos de interés.
“Siento que la ISO 26000 será vista más como una guía para el entendimiento de la RSE a nivel global, y menos como un proceso de certificación, que en su momento era el plan”, observó.
Ambas panelistas explicaron que, a diferencia de otras ISOs, la ISO 26000 no será un sistema de gestión, por lo que no se pueden vender un sello de ISO 26000 ni declarar que se trabaja en base a estándares de ISO 26000, etc., con lo que se pretende evitar el lucro excesivo que pudiese darse de otra manera.
Jorge Reyes, Director del Centro IDEARSE, para la responsabilidad y sustentabilidad de la empresa, comentó que las empresas podrán adoptar la ISO 26000 y declarar que sus políticas se basan en sus principios, más no certificarse, ni usarse con fines contractuales ni usarse en procesos legales.
A lo largo de la discusión, los miembros del panel dijeron que las especulaciones y versiones sobre la ISO 26000 vienen generando todo tipo de corrientes de opinión que no hacen más que provocar percepciones que no son buenas para una norma que espera salir a la luz este año, tras un largo proceso de preparación.
En resumen, se recalcó que la ISO 26000 establece expresamente no ser una norma de sistemas de gestión. Cualquier demanda de certificación, o petición para obtener un certificación, desde la perspectiva de la Norma ISO 26000, se consideraría una tergiversación del propósito e intención de esta norma internacional. La ISO 26000 proporciona orientación sobre cómo poner en práctica la RSE en una organización. Incluye orientaciones relacionadas con el entendimiento de la RSE y su integración en toda la organización.
“Hay instrumentos más o menos restrictivos que abordan de una u otra manera temas relacionados con los derechos humanos fundamentales, la protección del medio ambiente, la ética y las relaciones Norte-Sur. Sin embargo, es claro que estas iniciativas nacionales e internacionales, públicas y privadas, carecen de coherencia y de diálogo entre ellas, lo que resulta en un sentimiento de vago y de profundas diferencias de opinión y de ejecución”.– Norma Olmedo
Algunos representantes del grupo Industria, en particular las PyMEs, consideran que el documento está listo para ser aprobado como borrador, ya que “en su estado actual no toma en cuenta las necesidades y preocupaciones de las PyMEs como parte interesada en el proceso—aunque no se oponen a que esta norma sea elaborada.
A lo largo de la elaboración del borrador final hubo consenso si se considera que el consenso es el acuerdo general caracterizado por ausencia de una oposición sostenida a los aspectos sustanciales de parte de un grupo importante de los intereses involucrados, un proceso que involucra y toma en cuenta el punto de vista de todas las partes interesadas y reconcilia cualquier argumento conflictivo. Consenso no implica necesariamente unanimidad.
Se espera que el borrador final sea presentado en la última reunión del Grupo de Trabajo, la cual se llevará a cabo en mayo de este año en Copenhague, Dinamarca.