Investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Linares, en España, concluyeron que el uso de los residuos de la industria del papel pueden ser un beneficio económico y medioambiental, pues se pueden reutilizar como materia prima.
Los científicos han recogido los residuos de celulosa que produce una fábrica de papel –reciclado, en este caso–, así como los lodos procedentes de la depuración de sus aguas residuales. Después, han unido este material a la arcilla que se emplea en la construcción, le han dado forma mediante presión y extrusión en máquinas, y así han obtenido unos ladrillos en el laboratorio.
Otra de las ventajas de añadir residuos a los ladrillos, es que les aportan energía, lo que ayuda a reducir el consumo de combustible y el tiempo de cocción que se requiere en su producción.
Los prototipos aún son de pequeñas dimensiones, aunque ya han realizado pruebas con tamaños mayores y los resultados sin similares.
Uno de los defectos de estos ladrillos es su menor resistencia respecto a los tradicionales, también tienen problemas de adherencia.
