Un bosque condensado en un árbol. Y no es un árbol cualquiera: es cuadrado, no tiene tronco y sus hojas son de musgo.
Un invento alemán, creado por un jardinero, para reducir los riesgos para la salud de la contaminación atmosférica en las ciudades. Se llama CityTree y es un árbol artificial de musgo que absorbe 240 toneladas de CO2 al año, el equivalente a las que absorben 275 árboles naturales.
El musgo utilizado es especialmente potente a la hora de transformar los elementos nocivos del aire en nutrientes para la propia subsistencia de la planta. Es por ello que su mantenimiento es sencillo y solo necesita de unos paneles solares y de un sistema de absorción de agua para su funcionamiento.
La contaminación atmosférica es responsable de cerca de siete millones de muertes prematuras cada año, según afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS). Luchar contra ella es posible, primero dejando de contaminar el aire que respiramos; segundo, plantando árboles que ayuden a filtrar las sustancias nocivas.
Muchas ciudades europeas apuestan desde hace décadas en estimular el uso de la bicicleta como forma de descontaminar y humanizar las calles. Ahora también podrán apostar por el CityTree, una innovación altamente eficaz, para seguir cuidando el aire que respiramos. La empresa alemana Green City Solutions es la responsable del desarrollo de esta invento que busca disminuir uno de los problemas ambientales más graves que sufre actualmente el planeta: la contaminación del aire.
Este “árbol de ciudad” consiste en un panel de musgo que realiza esta función de absorción de contaminación como si de 275 árboles naturales se tratase. Además, el CityTree es autosuficiente, acumula el agua de la lluvia en sus depósitos para dosificar el riego y obtiene energía eléctrica gracias a paneles solares. No necesita tierra y el musgo se cultiva en una granja de la ciudad de Dresde (Alemania).
La principal ventaja de este panel de musgo es que es capaz de capturar cada día 250 gramos de partículas tóxicas y, aproximadamente, 240 toneladas de dióxido de carbono al año. Con esta alternativa, las ciudades podrían beneficiarse de una mejora en la calidad de su sus aires utilizando una herramienta de tamaño reducido en comparación con los más de dos campos de fútbol que ocuparían los árboles.
“El musgo puede acumular todas las partículas contaminantes y transformarlas en nutrientes” explica Liang Wu, cofundador de Green City Solutions.
Hay cientos de especies de musgo. Las especies seleccionadas son las que más contaminantes absorben y las que se adaptan mejor a cada clima y ambiente, según cada ciudad. Actualmente, los CityTrees están en 25 ciudades alrededor de todo el mundo: Oslo, Hong Kong, Glasgow, Bruselas y en varias ciudades alemanas. Su instalación lleva aproximadamente seis horas y su mantenimiento es sencillo. Para controlar la salud del musgo,el CityTree tiene sensores que miden la humedad del suelo, la temperatura y la calidad del agua.
Wu explica que “también tenemos sensores de contaminación dentro de la instalación que ayudan a monitorear la calidad del aire local y nos dicen cuán eficiente es el árbol”.
Visitar: greencitysolutions.de