Medio Ambiente

Evitar la deforestación: prohibir el aceite de palma

Greenpeace lanzó un informe en el que señaló que por lo menos 25 empresas explotadoras de aceite de palma, 20 de las cuales están vinculadas a marcas internacionales, fueron las culpables de la desaparición de 1.300 kilómetros cuadrados de selva en Indonesia, en lugares claves para la supervivencia de orangutanes.

El aceite de palma se enfrenta a su consideración como uno de los productos ecológicamente más dañinos del mundo y a que la vía para acabar con este problema es boicotear los innumerables productos que contienen este ingrediente —desde alimentos al champú o la pasta de dientes— hasta que los Gobiernos prohiban su uso.

La demanda de aceite de palma para 2020 llegará a casi 70 millones de toneladas anuales (en 1985 eran solo 4,5 millones) y crecerá a un ritmo del 1,7% anual hasta 2050.

La sustitución de bosques tropicales por cultivos de aceite de palma afecta a, al menos, 193 especies amenazadas según la Lista Roja de la UICN. Orangutanes, gibones y tigres son los que más han sufrido. La UICN cree que la expansión descontrolada podría amenazar a muchas más especies en regiones que albergan al 54% de todos los mamíferos y al 64% de las aves en peligro del mundo.

La palma africana:

  • -Puede producir fruta durante 30 años, lo que proporciona un empleo muy necesario para las comunidades rurales pobres.
  • -Produce más aceite que cualquier otra planta, por lo que es muy lucrativo.
  • -A su vez, es un motor de deforestación que preocupa a las autoridades ambientales de países con largas hectáreas cultivadas, sobre todo en el sudeste asiático.
  • -Además de usarse en alimentos, también se emplean en la industria de la cosmética, como cremas, pasta de dientes o jabones y en la producción de biodiesel.
  • -Es altamente utilizado, debido a que es muy económico.

Las plantaciones de palma aceitera reemplazan:

  • -a los bosques tropicales,
  • -matan especies en peligro de extinción,
  • -desarraigan comunidades locales y
  • -contribuyen a la liberación de gases que calientan el clima.

Indonesia emite más gases de efecto invernadero que cualquier otro país debido principalmente a la producción de palma de aceite. La industria de la palma de aceite  se ha convertido en uno de los peores motores de la deforestación en todo el planeta. No solo causa impacto medioambiental sino también en la salud.

Europa prohíbe el aceite de palma

El Parlamento Europeo ha restringido el ingreso de aceite de palma a partir del año 2021. Noruega, primer país en prohibir el aceite de palma que causa la deforestación, su Parlamento votó a favor de prohibir la compra de biocombustibles con productos de palma que no demuestren que fueron producidos de manera sostenible.

En junio de 2016, Noruega se convirtió en el primer país del mundo en prohibir la deforestación. Para ello, los noruegos se comprometieron a que todos los productos en sus mercados provendrían de productos con cadenas de producción “limpias”. Una primera medida fue detener las donaciones, contratos e inversiones nacionales con compañías que tuvieran lazos con la deforestación.

Ahora, el país da un nuevo paso adelante en la lucha contra la deforestación, al aprobar la prohibición de que la industria de biocombustibles noruega compre aceite de palma y otros productos asociados a la deforestación, a partir del primero de enero del año 2020.

“La decisión del Parlamento Noruego sienta un importante precedente a otros países y subraya la necesidad de hacer una seria reforma a la industria mundial de  la palma de aceite”, dijo tras la decisión Nils Hermann Ranum, del grupo conservacionista Rainforest Foundation Norway.

La industria de la palma, no obstante, no vio con tan buenos ojos la medida. Teresa Kok, la ministra de Agricultura e Industria de Malasia anunció que su país ve esta medida como injusta, pues va en contra del libre comercio. Ciertamente es algo que nos tomaremos muy en serio”, señaló.

La industria de la palma de aceite –junto a la ganadería vacuna y la soya– se han convertido en los peores motores de la deforestación en todo el planeta.

En septiembre de 2018, la organización Greenpeace lanzó un informe en el que señaló que por lo menos 25 empresas explotadoras de aceite de palma, 20 de las cuales están vinculadas a marcas internacionales, fueron las culpables de la desaparición de 1.300 kilómetros cuadrados de selva en Indonesia, en lugares claves para la supervivencia de orangutanes.

Gigantes multinacionales como Colgate-Palmolive, General Mills, Hershey, Kellogg’s, Kraft Heinz, L’Oreal, Mars, Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Reckitt Benckiser y Unilever estarían comprando aceite de palma africana cuya procedencia estaría relacionada con la tala y quema del bosque y, además, con la violación de derechos humanos de pueblos indígenas.

Tras la fuerte evidencia presentada por Greenpeace, Wilmar, la mayor comercializadora de palma de aceite en el planeta, prometió que para 2020 su cadena de suministro sería completamente limpia.

No obstante, hubo fuertes protestas en Indonesia, pues la empresa no dijo cómo lo haría ni qué medidas puntuales tomaría. Por eso, meses más tarde, Wilmar accedió a monitorear vía satélite a todas las fincas a las que compra su aceite, una de las exigencias de Greenpeace para tomarse en serio las promesas de la compañía.

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